Los buscadores de libros

La escritora Jennifer Chambliss Bertman da vida en “Los Buscadores de libros” a la joven Emily, una niña de 12 años cuyos padres han decidido hacer realidad el reto de vivir en todos los estados de Estados Unidos. El último al que acaban de llegar es San Francisco. A pesar de los contratiempos que suponen las continuas mudanzas para su integración allá donde va, en esta ocasión Emily tiene más ilusión porque la nueva ciudad es el lugar en el que reside el señor Griswold, creador de “Los buscadores de libros”, una comunidad online en la que ella participa activamente. A través de esta página se proponen retos y juegos cuya resolución proporciona puntos para ir ascendiendo en la escala de buscadores formada por distintas categorías. Tras un suceso relacionado con Griswold una edición especial de “El Escarabajo de oro”, de Edgar Alan Poe cae en manos de Emily que se verá envuelta en una aventura en la que estará acompañada por su vecino James, al que acaba de conocer, y su hermano Mathew, un adolescente fan de Flush, un grupo musical de moda entre los chicos de su edad.
Jennifer Chambliss propone una historia interesante que recuerda a sagas clásicas como las de los Cinco o los Hollyster pero en un contexto social más moderno y centrada en el mundo de los libros. La autora mezcla con eficacia los ingredientes que hacen interesante una aventura dirigida a un público preadolescente: misterio, enigmas que resolver, un tesoro y unos personajes malos un tanto cómicos que persiguen a los protagonistas. Además, se pone de relieve el valor de la amistad, la necesidad de pedir perdón cuando los amigos no se portan bien entre ellos; y también el de la fraternidad representada por la relación entre los dos hermanos que a pesar de discusiones propias de la edad terminan ayudándose en momentos de necesidad. La profundidad de los personajes es la adecuada para un lector de en torno a 12 años. Y aunque la narración no tiene el ritmo trepidante que podría tener una aventura de este tipo sí que consigue mantener en vilo al lector que acompaña a los protagonistas y lo hace promocionando el amor por los libros y las librerías, que encarnan a la perfección la protagonista y personajes como Griswold, el librero Hollister o el malvado señor Rémora.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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