El adversario

Emmanuel Carrère nos ofrece en “El adversario” una versión narrativa del asesinato múltiple perpetrado el 9 de enero de 1993 por un ciudadano francés, residente en territorio suizo. Tras años de engañar a familia y amigos fingiéndose médico de la OMS sin haber estudiado Medicina, aquel día mató a su mujer y a sus dos hijos, abatió a balazos a sus ancianos padres e intentó estrangular a su amante, aunque ella pudo salvarse. Después regresó a su casa, la incendió y quiso perecer quemado, pero los bomberos lo salvaron. El autor, que mantuvo constante relación con el protagonista, Jean-Claude Romand, a partir de los hechos referidos, intenta no tanto la reconstrucción de éstos como penetrar en las motivaciones psicológicas que los provocaron. Actúa como vínculo entre el lector y el personaje, evitando el protagonismo propio en lo que le es posible hacerlo. Así consigue trazar un perfil humano extraño pero convincente, encuadrado en un marco sociológico que, tras apariencias civilizadas, oculta gérmenes de violencia y sufrimiento, más virulentos cuanto más disimulados. La obra, entre periodística y literaria, está bien escrita y, dentro del horror de lo que relata, lo hace con mesura y respeto. Al referirse al refugio que Romand halla en la religión católica tras su condena, adopta una postura de duda sobre si aceptar el misterio de una fe que él no parece compartir, o considerarlo una impostura más de alguien que vivió casi veinte años mintiendo constantemente a todos y en todo.

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